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Un Lanthimos más convencional

Captura de pantalla 2019-01-26 a la(s) 08.34.17Yorgos Lanthimos dirigiendo a Olivia Colman en La Favorita

Desde su contundente irrupción en el panorama cinematográfico internacional en 2009 con la extraordinaria Canino -aunque tambien dirigió en 2005 Kinetta-, las siguientes películas de Yorgos Lanthimos (Alps, The Lobster, The killing of a sacred deer) están estrechamente ligadas al reflejo de las paranoias, descompensaciones, fustraciones y obsesiones del mundo contemporáneo con unas marcas estilísticas tan originales como indisociables del mundo y personajes que refleja. En La Favorita dirige por primera vez un guion ajeno  (Deborah Davis y Tony McNamara) y cambia las sociedades occidentales actuales por la Inglaterra de principios del siglo XVIII para contar una historia con transfondo histórico sobre poder, manipulación y dependencias emocionales entre la Reina y dos mujeres que se disputan ser sus preferidas.

A pesar del gran duelo interpretativo entre las tres actrices que protagonizan la película – Olivia Colman, Rachel Weisz y Emma Stone- y de algunas elecciones estilísticas como la oscura fotografía de Robbie Ryan y del vestuario de Sandy Powel, desde el punto de vista de la dirección, La Favorita es un infructuoso intento por insertar en una historia ajena y de época las marcas reconocibles del estilo cinematográfico de Lanthimos, quedando solo pequeños rastros en actitudes, gestos (el baile ridículo entre Rachel Weisz y Joe Alwyn) y encuadres de cámara (el forzado y recurrente uso del ojo de pez o el contrapicado final sobre el rostro distorsionado de Olivia Colman a la manera de Bacon).

Sin duda la película más convencional y menos interesante de su director aunque el espectador que no conozca el cine de Lanthimos pueda percibirla como un original acercamiento a un tema que cuenta con un amplio tratamiento en el cine como es la ambición de poder y sus consecuencias emocionales y políticas.