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Laurent Cantet habla sobre “Foxfire”

Palma de Oro en Cannes 2008 con “Entre les murs”, Laurent Cantet vuelve al Festival de San Sebastián con “Foxfire”, una adaptación de la novela de Joyce Carol Oates Foxfire: Confessions of a girl gang”. Cantet lanza su mirada a la cara oculta y desconocida del sueño americano a través de un grupo de chicas adolescentes de los años 50 que nada tienen que ver con el imaginario que el cine estadounidense ha impuesto sobre su país.

 

¿Porqué eligió la novela de Joyce Carol Oates?

Fue una corazonada. Descubrí el libro y lo leí de un tirón. Tuve la sensación de volver a temas que me interesaban: el grupo, la resistencia, la violencia social a la que estamos obligados a enfrentar, que son los temas que trato de abordar en cada película. También tenía ganas de volver a encontrarme con la energía que había tenido durante el rodaje de “En la clase”.

¿Porqué Estados Unidos?

Porque la autora también lo es y por la historia. Intenté adaptar la historia a Francia pero no funcionaba. Por una parte hay un contexto histórico diferente. En los años 50 en Francia no había un anti comunismo ni tampoco había “el sueño americano”, que siempre he visto como un mito. Quería ver la cara oculta del mito. La novela siempre me volvía a espacios y modos de vida de Estados Unidos. Hay una mitología americana que el cine nos la ha mostrado y tenía ganas de deconstruir esa mitología.

La película esta muy conectada a hechos que están pasando a la actualidad. ¿Era un objetivo buscado?

Lo que me interesa es mostrar es la constancia de las luchas y también su herencia. Por eso me interesaba mucho el personaje del padre Theriault , que parece muy dogmático pero que es también la historia de la lucha. A mi me emociona pensar que este hombre vivió en directo la Revolución de 1917 y lo que hace realmente es pasar la antorcha a estas chicas, que van a luchar de forma menos dogmática, e inventar una nueva forma de lucha, que nos reenvían a las luchas de hoy en día a través de la invisibilidad Me gusta cuando dicen somos fuerte porque somos invisibles. Están inventando una forma de lucha que se escapa al concepto porque también es algo muy representativo de la adolescencia.

Lo que se ve en la película es que ese movimiento es revolucionario, de liberación, pero acaba siendo una dictadura.

Por desgracia es también el recorrido de muchos grupos. De una parte, cuanto más duro seas más dura será la reacción de la sociedad hacia nosotros y más nos obligamos a radicalizar el discurso y la acción. Como en todos los grupos la supervivencia depende de las nuevas incorporaciones porque deben reivindicar su sitio endureciendo las posiciones de partida para merecer su lugar en el grupo. Por eso el personaje de VV dice “vosotras habéis creado las reglas pero quiero aplicarlas de verdad” lo que radicaliza el movimiento hasta casi el entrar en el ámbito del terrorismo. Espero que se note que la película no toma partido por el terrorismo sino que refleja su fracaso.

¿Qué papel ha querido que tenga la voz en off en la estructura de la película?

Para mi el personaje de Maddy en general es justamente la memoria, la necesidad de documentar las luchas para no olvidarlas, para pasar el relevo y seguir avanzando. Me interesaba tener una voz que a la vez está metida totalmente en la historia y a la vez distanciada porque En todas las películas pasa, hay personajes que están un poco al margen del grupo que son las observadoras y me pareció importante que fuera la depositaria de la memoria de Foxfire. Muchos grupos políticos, grupúsculos, desaparecen porque no han tenido una memoria.

Me ha parecido una película un tanto melancólica y desencantada y la relaciono con la visión que Olivier Assayas ha dado del pasado francés en “Aprés Mai”.

Creo que la película es lo contrario, que dice que la llama está encendida y va a seguir ardiendo. Por otra parte no creo que situar la película en los años 50 marque la acción. Me da la impresión de que variando algunas cosas hubiera podido hacerla en el año 2000 porque habrían salido los mismos temas: la violencia hacia la mujer es bastante comparable aunque la violencia económica es mucho más marcada ahora que entonces. Puede ser que haya una cierta nostalgia en mi mirada de la adolescencia pero espero haber dado una imagen lo menos mitificada posible.

¿Al rodarla en Norteamérica ¿cómo ha notado la influencia de todos los cineastas norteamericanos?

Es muy difícil escapar a esa influencia. Basta con tener un viejo cadillac delante de la cámara para sumergirse en otras películas que hemos visto pero he intentado tratar una película de época de forma diferente de lo que se ve normalmente. Tengo la impresión de que en las películas de época los americanos intentan probar en cada plano que sí estamos en los años 50 y que se note que han trabajado mucho para que se vea que estamos en esos años. Quería más una ausencia de época casi, algo que pudiera crear vínculos entre su época y la nuestra. Creo que hemos intentado filmar algo desde el presente como si estuviéramos delante de un documental de los años 50.

En este sentido hay momentos que la narración quiere jugar con las texturas, los colores, la puesta en escena….

Más bien quiero luchar contra eso, quería hacer una película tosca para mostrar una realidad más cotidiana. Tenía ganas de mostrar esa América que no se ve a menudo. No tengo la impresión de haberme preocupado mucho por la estética. Me basé en los fotógrafos de los años 50 y eso me sirvió de base, porque no era una representación, ya que estábamos en su realidad.

¿Qué feedback ha tenido de las reacciones del público y los medios americanos de su novedosa visión de los años 50?

Creo que se han quedado un poco chocados porque no he respetado las reglas de representación de su realidad por ejemplo, las actrices gustaron mucho a algunos pero nada a otros porque no actúan como actrices americanas. Hay códigos que no son respetados. Es posible que la película tenga más dificultades en Estados Unidos que en otra parte.