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New Order. “Jetstream” (Richard X remix)

Sasha Waltz, alterando los espacios y las percepciones

Contaba  el escultor Richard Serra que el origen de toda su obra posterior se basa en “Las Meninas” , obra que analizó siendo estudiante en una catártica y seminal visita al Museo del Prado.

Frente al cuadro, él trataba de situarse y estudiar su composición espacial, y por tanto, su propia posición en relación a los diferentes aspectos de la obra. Miraba y todo tenía un orden aparente, su situación como espectador fuera de la obra era coherente. Pero se vino abajo cuando intentó “ordenar” la parte de Las Meninas donde precisamente se pinta un cuadro y aparece una parte del lienzo. En su “lectura” coherente de la obra de Velázquez este elemento rompe completamente el espacio del cuadro, recolocando al sujeto que mira frente al espacio y, lo que es más importante, frente a su yo personal.

Con Sasha Waltz ocurre algo similar en la danza contemporánea. Considerada el capítulo siguiente a Pina Bausch en la danza alemana más vanguardista, esta hija de arquitecto ha logrado algunos de sus mayores logros en la confluencia, -”diálogos”- de diferentes disciplinas artísticas en espacios arquitectónicos, casi siempre museos.

Con el cuerpo como eje temático primordial realiza una trilogía compuesta por “Körper”, donde investiga la anatomía y la apariencia física del ser humano, la relación de los cuerpos con la arquitectura, la ciencia y la historia. En “S” se acerca al eros y la sexualidad, la sensibilidad y el origen de la vida. En “NoBody” trata la existencia metafísica de la humanidad.

 

 

Un antecedente de “Körper” se presentó en 1999 en el todavía vacío Museo Judío de Berlín de Daniel Libeskind. Diez años más tarde ideó “Dialogue 09″  para la reapertura del Neues Museum, obra de David Chipperfield, y una adaptación de la misma para la inauguración del MAXXI de Roma, obra de Zaha Hadid.

 

 

 

Estas obras, ejecutadas mientras el público transita libremente, producen una resignificación del espacio arquitectónico y también una relación totalmente diferente entre ese ese espacio concreto y el público, que lo percibe alterando a su vez su propia percepción corporal y espacial a través de una confluencia de elementos en un plano de fascinante igualdad.

 

 

El montaje más reconocido de Sasha Waltz y su compañía es “Dido & Eneas”, primera de una ya larga serie de obras basadas en composiciones clásicas donde re-elabora las obras con los mismos conceptos que el resto de sus montajes pero aplicados a espacios tradicionales de exhibición.

 

 

La trayectoria de Sasha Waltz se ha fraguado en espacios como Sophiensaele o Schaubühne am Leniner Platz de Berlín. Pero es en el Radialsystem V,  espacio dirigido por su marido Jochen Sandig, donde se experimentan y aplican a la gestión cultural y a la creación de las diferentes compañías residentes los conceptos que han empleado en el desarrollo de sus obras. Jochen Sandig es uno de los gestores culturales más innovadores y perspicaces de Europa. Su primer gran proyecto cultural fue la ocupación del mítico edifico Tacheles y su conversión en un centro referente y vivo de cultura alternativa en el Berlín más inmediato tras la reunificación alemana. Desde 2006 dirige este espacio cultural privado, una antigua estación de distribución de agua para el riego, enclavado entre los barrios de Friedrichshain, Mitte y Kreuzberg y, que a su vez también, ha alterado la vida cultural de la zona y del resto de la ciudad por sus innovadoras programación cultural con la vista puesta en el ciudadano.

 

Uno de los ejemplos más accesibles para el público y donde mejor se visualizan los conceptos que trabajan sería esta versión de “Las cuatro estaciones”, ideada y coreografiada por Juan Kruz Díaz de Garaio y miembro de la compañía de Sasha Waltz, en conjunción con el resto de compañías residentes en el Radialsystem V.

“Masa y Poder”. Elías Canetti

INVERSIÓN DEL TEMOR A SER TOCADO

Nada teme más el hombre que ser tocado por lo desconocido. Desea saber quién es el que le agarra; le quiere reconocer o, al menos, poder clasificar. El hombre elude siempre el contacto con lo extraño. De noche o a oscuras, el terror ante un contacto inesperado puede llegar a convertirse en pánico. Ni siquiera la ropa ofrece suficiente seguridad: qué fácil es desgarrarla, qué fácil penetrar hasta la carne desnuda, tersa e indefensa del agredido. Todas las distancias que el hombre ha creado a su alrededor han surgido de este temor a ser tocado. Uno se encierra en casas a las que nadie debe entrar y sólo dentro de ellas se siente medianamente seguro. El miedo al ladrón se configura no sólo como un temor a la rapiña sino también como un temor a ser tocado por algún repentino e inesperado ataque procedente de las tinieblas. La mano, convertida en garra, vuelve a utilizarse siempre como símbolo de tal miedo. Mucho de ello ha pasado a formar parte del doble sentido de la palabra «agarrar». Tanto el contacto más inofensivo como el ataque más peligroso están ambos contenidos en ella, y siempre hay cierta influencia de lo último en lo primero. El sustantivo «agresión»se ha reducido, sin embargo, sólo al sentido peyorativo del término. Esta aversión al contacto no nos abandona tampoco cuando nos mezclamos entre la gente. La manera de movernos en la calle, entre muchos hombres, en restaurantes, en ferrocarriles y autobuses, está dictada por este temor. Incluso cuando nos encontramos muy cerca unos de otros, cuando podemos contemplar a los demás y estudiarlos detenidamente, evitamos en lo posible entrar en contacto con ellos. Si actuamos de otra manera sólo es porque alguien nos ha caído en gracia y entonces el acercamiento parte de nosotros mismos.

La rapidez con que nos disculpamos cuando entramos involuntariamente en contacto con alguien, la ansiedad con que se esperan esas disculpas, la reacción violenta y, a menudo incluso cuando no hay contacto, la antipatía y el odio que se sienten por el«malhechor», aunque no haya modo de estar seguro de que lo sea, todo este nudo de reacciones psíquicas en torno al ser tocado por lo extraño, en su extrema inestabilidad e irritabilidad, demuestra que se trata de algo muy profundo que nos mantiene en guardia y nos hace susceptibles de un proceso que jamás abandona al hombre una vez que ha establecido los límites de su persona. Incluso el sueño, que nos vuelve mucho más inermes, es demasiado fácil de turbar por esta clase de temor. Sólo inmerso en la masa puede el hombre redimirse de este temor al contacto. Se trata de la única situación en la que este temor se convierte en su contrario. Es esta densa masa la que se necesita para ello, cuando un cuerpo se estrecha contra otro cuerpo, densa también en su constitución anímica, es decir, cuando no se presta atención a quién es el que le «estrecha» a uno. Así, una vez que uno se ha abandonado a la masa no teme su contacto. En este caso ideal todos son iguales entre sí. Ninguna diferencia cuenta, ni siquiera la de los sexos. Quien quiera que sea el que se oprime contra uno, se le encuentra idéntico a uno mismo. Se le percibe de la misma manera en que uno se percibe a sí mismo. De pronto, todo acontece como dentro de un cuerpo.

Acaso sea ésta una de las razones por las que la masa procura estrecharse tan densamente: quiere desembarazarse lo más perfectamente posible del temor al contacto de los individuos. Cuanto mayor es la vehemencia con que se estrechan los hombres unos contra otros, tanto mayor es la certeza con que advierten que no se tienen miedo entre sí. Esta inversión del temor a ser tocado forma parte de la masa. El alivio que se propaga dentro de ella (y que será tratado en otro contexto) alcanza una proporción notoriamente elevada en su densidad máxima.

Masa y Poder. Elías Canetti

 

 

 

“Lucía”

Obra de Niles Atallah, artista audiovisual con un sugerente universo plástico y estético, que de vez en cuando viene a mi cabeza. Chile a finales de 2006. Santiago de Chile, funerales de Pinochet al fondo, un padre y una  hija viven muy humildemente su vida ralentizada, morosa, atascada….

“Les dretes, l’esquerre i els rics”

De políticas, de cultura…

En 1985 la Generalitat de Catalunya inicia el Pacte Cultural, por el que los políticos establecieron que la cultura debía ser el puente de entendimiento entre izquierdas y derechas. La cultura era destinada a administrar el discurso de la nueva democracia. Unos querían el relato del país, los otros, el relato de la capital. La derecha soñaba con el mito de la sociedad civil; la izquierda con el mito del ciudadano. Y ambas vieron la burguesía como el símbolo de sus anhelos, y de paso, la forma de superar sus antagonismos.

El Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona nace oficialmente en 1987 como reflejo de aquella dinámica. Los intereses privados se confundieron con los públicos, secuestrando el debate sobre lo común.

La serie de entrevistas que presenta este documental quiere contar aquel proceso, y dar claves de interpretación sobre las actuales políticas culturales.

Intervienen Oriol Bohigas, Manuel Borja-Villel, Xavier Bru de Sala, María Corral, Josep Miquel Garcia, Daniel Giralt-Miracle, Joan Guitart, Bartomeu Marí, Miquel Molins, José Montilla, Jordi Pujol, Josep Ramoneda, Joan Rigol, Leopoldo Rodés, Gemma Sendra, Pep Subirós.

Este documental es el primero de la serie subhistorias dedicada a explorar las relaciones entre el arte y el poder en Cataluña.

Iniciativa de:
SUB — Societat U de Barcelona
(Una iniciativa sense ànim de lucre)

vía soymenos

 

La luz de James Turrell

Aclamado internacionalmente, James Turrell ha creado, durante más de cuatro décadas, obras que juegan con la percepción y el efecto de la luz dentro de un espacio creado. Su fascinación por la luz está relacionada consigo mismo: la búsqueda interior del lugar del hombre en el universo.

Turrell comenzó su carrera artística en California en la década de 1960 como uno de los líderes de un nuevo grupo de artistas que trabajan con la luz y el espacio. Antiguo piloto de aviación considera el cielo como su lugar de trabajo y en sus búsquedas formales sobre la luz natural se nutre de todo tipo de tradiciones culturales como la de los indios hopi.

“Skyspace” en Kinloch Rannoch (Escocia)

A finales de los sesenta, Turrell trabajó en el Art & Technology Program de la Universidad de California, en colaboración con Los Angeles County Museum, lo que le permitió conocer al psicólogo Edward Wortz, que había estudiado los cambios en la percepción experimentados por astronautas en el espacio exterior. Investigaron ciertas técnicas de privación sensorial, situando a los sujetos en un espacio insonorizado con un campo visual homogéneo, y también emplearon máquinas EEG para medir las variaciones de las ondas cerebrales; estaban interesados en los llamados “ritmos alfa”, ondas cerebrales que se liberaban básicamente cuando el individuo estaba meditando. Por otro lado, en un cuenco semiesférico producían un “velo de luz” uniformemente blanco, el llamado Ganzfeld que será utilizado por Turrell en obras en la que el campo visual es amplio y, a menudo, desorientador, destinado a estimular la conciencia perceptual del espectador.“ (fuente: Descubrir el Arte)

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Su proyecto más conocido y ambicioso es “Roden Crater” que realiza desde 1974 en el cráter de un volcán inactivo en el desierto de Pintado, en el norte de Arizona. Con esta idea trata de unir a las personas con los fenómenos celestes de los planetas, las estrellas y las galaxias lejanas y continuar la tradición de las culturas y civilizaciones que a lo largo de la historia han mirado al cielo.

 

“Second wind” es la única obra de Turrell que podemos experimentar en España y la mayor de las realizadas en Europa. Está situada en la Fundación Montenmedio de Vejer de la Frontera (Cádiz).

 

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Lois Patiño + Carla Andrade. 4 Coordenadas del paisaje

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Una persona frente a la inmesidad de la nieve, de una montaña o el mar o una cascada. Un grupo de esquiadores que se deslizan por esa inmesidad blanca. La luz del norte que cambia y transforma la percepción.

Exposición de Lois Patiño (vídeo) y Carla Andrade (fotografía) en el Centro Cultural de Noáin (Navarra) sobre el paisaje estructurada alderedor de cuatro conceptos (Abstración y Distancia; Contemplación e Instante) en sus diferentes interacciones con el sujeto.

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Paisajes, luz y brumas del norte que establecen una relación desnuda y directa con el espacio, el tiempo. En definitiva con nuestra propia esencia, posicionamiento, percepción y sentimiento.

Espacio/paisaje como mímesis, distorsión y fusión; también asombro y extrañamiento ante la naturaleza y la figura humana.

 

 

 

¿Pamplona en el mapa de los sonidos?

Segundo intento de poner a Pamplona en el mapa de los sonidos indies a través del 360 Festival, una operación de cirugía cultural municipal que muy timidamente tiene en cuenta cierta efervescencia musical de la ciudad con grupos como los muy conocidos El Columpio Asesino, Muy Fellini, Reina Republicana (que sí actuaron), Souvenir, etc. Se rumorea que habrá una tercera intentona en lo que sería uno de los escasos, por no decir único, ejemplos de política cultural institucional en los largos y devastadores años de la crisis y los recortes culturales.

 

TOP 5

1. Standstill

Standstill en la Ciudadela de Pamplona. 15/6/2013

Los catalanes liderados por Enric Montefusco presenteron su nuevo disco “Dentro de la luz” acompañados por “Cénit”, una propuesta audiovisual de reminiscencias sesenteras y ecos mediaveles que se acopla perfectamente al espiritu de las bellas y enigmáticas letras del grupo. Un concierto mágico y exquisito donde Standstill te transporta a sus mundos particulares que terminó por hipnotizar e impresionar a muchos asistentes al festival. Sin duda lo mejor visto/escuchado en los tres días.

 

2. Delorean

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El nivel de profundidad y complejidad musical de Delorean es muy alto y trasciende la música de baile alcanzando cotas estéticas y musicales realmente brillantes, lo que permite intuir lo mejor para su esperado cuarto disco. Sin concesiones al público, obviaron hits como “Deli” o “As Time Breaks Off” para decepción de sus fans, el grupo de Zarautz cerró la segunda jornada del festival con una actuación llena de #HedonismoMusicalControlado. Soberbios en lo musical les faltó empatía.

 

3. Corizonas

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La confluencia de Los Coronas y Arizona Baby ya es enorme pero en un error (para algunos) de programación  actuaron antes de Del Fe y Las Flores Azules y lo que subió con los de Valladolid/Madrid bajó con los de Barcelona. A plena luz del día su conexión con el público fue total y apasionada por ambas partes y supieron usar diversas teclas en su #CountrySurfRock para convertir el escenario y la hierba en una fiesta, donde sonaron sus canciones más conocidas como “I wanna believe” a versiones de Black Sabbath y su ya famosísima versión de “Piangi con me” de The Rokes.

 

4. We Are Standard

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“Day”, su nuevo disco es un híbrido entre la despreocupación del “sonido Manchester”, que reinó a principios de los 90  (Winterbotton lo retrató muy bien en su película “24th hour party people”), la piscodelia y la electrónica más bailable. Y el público, muy atento y en perfecta sintonía con Deu Txakartegui, responde perfectamente a la propuesta porque no paró de bailar durante toda la actución. Un chute de optimismo, casi una terapia contra la sombras.

 

5. Lori Meyers

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Bien, muy bien supieron cerrar los granadinos los tres días de festival en un concierto donde combinaron sus canciones conocidas con los temas de su nuevo disco “Impronta”. Fin de fiesta con Iván Ferreiro y Ricky Falner en el escenario cantando “Alta Fidelidad”. Abajo, el público estaba a la altura. Casi ya un clásico.

 

*Atención a Anai Arrebak

 

 

 

Y luego dicen de Daft Punk…

The last light of May

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The last light of May